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vador tenía en el Golfo de Fonseca, el pUel te de La Unión.

El Salvador, aunque de tradiciones Liberales, esta– ba bajo la influencia de Guatemala en 1953 y estaba poco inclinado a favOlecer la introducción de la influen– cia NOl teamericana (37) Confiado de que los inge– nielas seleccionarían un terminal Pacífico en suelo hon– dUleño, -plobablemente la isla de Sacate Glande, que estaba a pocas millas de la costa, en el Golfo de Fon– seca,- en vez que en tellitOlio salvadoreño, Squier estaba pleparado para insistir que sus demandas fue– lan oídas sin complomiso alguno (38) La actitu~ de Squiel hacia El Salvador era similar a la que tuvo ha– cia Costa Rica en 1849 En carta a Edwards asegura– ba qUe dejaría que El Salvador "se fuera al diablo y

a los murciélagos" si no cooperaba con él (S9)

A finales de Agosto, 1853, al oír de la llegada de Squiel y de su solicitud de audiencia, el Gobielno de El Salvador nombró a Pedro Rómulo Neglete pala que negociala con éL (40) Negrete lesultó intrata– ble Se 1 eunió con Squiel en varias ocasiones pero to– zudarnente lehusaba aceptai.' el contrato que Squier pI oponía F'inalmente, inhodujo dos artículos que in– sistía debían incluilse antes de filmar Un artículo estipulaba que todo el pelsonal del fellocallil deberia estar sujeto a las leyes salvadOl eñas, y el oh o que de– beIía pagalSe cielta suma de dinelo al Gobierno en compensación por la concesión del contI ato Squier in– sistía en que el primel artículo era innecesalio y en que la suma estipulada en el segundo er a muy alta (41)

La vetdadera tazón del fracaso de las negociacio– nes, sin embargo, fue el temor salvadoreño de que el felTocarril expondIÍa al país a demasiada influencia extranjeIa Squier mismo admitía que "existe glan temol de que algún designio de anexión se esconda ba– jo este conhato, y es necesario que haya algo en él que pruebe lo contrario al pueblo!" (42) Unos pocos días después que se 10mpieIon las negociaciones, el con esponsal de Squier en San SalvadOl, a quien le había pedido información sobre la Ieacción pública a la empresa ferroviaria, le informaba: "Con la excep– ción de unos cuantos papanatas, todo está lo mismo, e– chan sapos y culebras acelCa de la idea de que esta glo– liosa República esté en el futuro "conectada" con el pais soble el cual se extienden las tiránicas alas de ese abominable "Buihe", !genelalmente llamado el águila amelÍcana" (43) Aparentemente, El Salvadol consideraba las concesiones a los promotores del feu 0–

canil como pasos hacia la anexión La GACETA mE

GUATEMALA alababa la circunspección "con qUe el Gobierno de El Salvador ha actuado en este asunto, no omitiendo cuidar de todo lo que podria afectar su in– dependencia". (44)

Encontrando que nada se podía hacer en El Salva– dor y que los ingenieros estaban satisfechos con Sacate Grande como punto terminal del ferrocarril, Squier le– comendó que éste se confinara al teIritoIio de Hondu–

las (45)

Después que Squier terminó las negociaciones con El SalvadOl la expedición se desbandó Jeffers, quien ya había sido designado por el Departamento de la Ma–

lina a la exp'edición WATER WITCH (Bruja de Agua)

en el río Paraná, salió de Honduras en Agosto, 1853.

Squier viajó de San Salvador a La Unión y el Golfo de Fonseca en Septiembre, luego Cl uzó Honduras y re~

glesó a New York vía ümoa y Belice Estaba de legle~

so en New York por el mes de Diciemble La expe– dición había tomado celCa de un año, desde su organi~

z'ación a su regIeso.

A la llegada de la expedición a New York, se pu~

blicó un infolme El infOlme, escrito por Squier, de~

cIalaba que un fenocauil de aproximadamente 160 mi~

Has de lal go podlía fácilmente construirse dede Puerto Caballos (un poco al NOleste de Omoa) a la isla de Sa– cate Grande en el Golfo de Fonseca Hacía hincápie que las supuestamente escarpadas montañas de Hon.. dUlas no impeditian el propuesto ferrocanil porque

"Los valles del Humuya y GosCOl án. CONSTITUYEN UN GRAN VALLE TRANSVERSAL QUE SE EX– TIENDE DE MAR A MAR, COMPLETAMENTE COR– TANDO LA CADENA DE LA CORDILLERA .. El

país circundante oirecia "una variedad de climas adap– tada a todo capIicho y una temperatura conveniente pa– ra el cultivo de todos los: productos de todas las zonas"

y "los cenos y montañas del interior contienen innu– melables minas de pIeciosos metales" MateIiales de constIucción podrían encontralse entre lIlas inagota– bles cantidades de finísimo mármol blanco y azul y de cantera, como también del mejor pino, loble y otras vaIÍedades de maderas útiles" Trabajadores suficien– tes a las necesidades del ferrocarlil podlÍan encontral– se, según Squier, en los cortadores de caoba, de los cua... les, "no existe, p1obablemente, igual número de hom– bres en el trópico, tan avezado al trabajo pesado y a la intemperie, o tan bien instruidos en, precisamente, la clase de trabajo que necesitamos " En cuanto a la cuestión práctica de las distancias, la 1 uta de Hon– duras se alegaba ser 1,000 millas más corta de New York a San Francisco (en distancia de vapor de puerto a puelto) que la luta de Panamá, y exactamente la misma distancia como la ruta de Tehuantepec (46) Las ventajas de la ruta Hondureña, aunque corn– plensiblemente exageladas POI los promotOles, eran por supuesto, importantes. Honduras tenía al menos una de las mejores localidades POI tuarias de Centro Amél ica, el clima era más saludable que el de, diga– mos, Panamá, y de mayor importancia, la distancia en– tre New York y San Francisco, vía Honduras, era mu– cho más corta que la de Panamá o Nicar agua Pero las desventajas, las que no fuelon señaladas en el in– forme, eran igualmente impOl tantes. Existían dos gran des obstáculos para la terminación del proyecto: uno era el tremendo costo involucrado en constIuir 160 mi– llas de feIlocarril a través de un pais escabIOSO, y el otro ela el hecho de que existían otras dos rutas ístmi– cas en operación El proyecto de Honduz as no tendría sólo que probar sus propios mélÍtos, sino que tendlía también que SOPOl tar la oposición de los vigolosos y

pode1osos intereses nicalagüenses y panameños Cleyendo que su emplesa podlía HIeemplazar cual– quiela y todas las otras", no impOl taba la oposición, los simpatizantes del proyecto de Hondulas organiza~

ron una Compañía de FelfocaIlil Interoceánico de Hon– duras preliminar, con oficinas en New York (47) SOR lamente mil acciones de capital fueron impresas y su distlibución se confinó a los plomotores originales del

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