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« Previous Page Table of Contents Next Page »ployec-to y a sus amigos. Ellos intentaban buscar el apoyo del público por medio de una sociedad anónima,
pet o la desfavorable situación financiera de 1854 y las düicultades de Honduras, les impidió llevar a cabo sus planes. (48)
Amory Edwards fue nombrado Plesidente de la Compañía preliminar, Squier fue nombrado Secretario
y Augusto Fol1in, Cónsul Americano en Omoa, fue es·
cogido como el agente de la compañia en Honduras (49)
Antes de proceder con la otganización de la com– pañía, se pensó necesario asegular la ratilicación del contrato y obtener que las propuestas negociadones Hondulo-Americanas se llevalan a cabo Amory Ed–
walds se empefíó en esas tareas, mientras que Squier permaneció en New York para aJ.reglar el embarque de las armas prometidas a Honduras
Edwards salió para Honduras poco después del re~
greso de la expedición en 1853 Encontró que convo~
car la Legislatura Hondureña era una tarea bastante
difícil Informaba en Enero, 1854, que ul a asociación puede sentirse confiada de la Ratificación, pero (deben) decidúse a algún gasto y el Presidente (de Honduras) debe decidirse a trabajar duro y a una buena canttdad de intrigas". Estimaba que el costo selÍa entre $2,500
y $5,000 para enviar a "los miembros de la Legjslatu– la" (50) En MalZo informaba que 5610 dos miembros faltaban y que una escolta se habia enviado a tlaellos
a Cornayagua (51) por fin, en Abril, la Legislatura se leunió y aunque se inform6 de alguna oposición a la empresa del ferrocartU, ~~ 28 de Abril el contrato fue rattlicado. (52)
Edwards no reveló el gasto final de obtener que la Legislatura se reuniera, pero le costó a la compañía dos préstamos de $200,000 --que la compañía no espel aba lecobrar- asegurar la cooperación de Cabañas El pri– mer préstamo, ap81 entemente arreglado en Santa Rosa por Squier y Cabañas, fue para compral 6 cañones, 270
cajas de rUles y una cantidad no especificada, de mu– niciones. (53) La llegada del embarque de armas a principios de Ablil aclaró el futuro considerablemen– te pala Cabañas En c'8lta al Squier, le decía: liLas ar–
mas y otros elementos de guerra que usted tuvo la bondad de enviarme han sido puestos a la disposición
del comandante de Omoa . Esta lemisión es un nue– Vo testimonio de que usted no ha olvidado los intereses de Honduras y de su gobielDo ll (54) El segundo prés~
tamo de $20,000 fue firmado en Comayagua por Ed– wards y Cabañas el día en que el contrato fUe ratifica– do. (55)
Mientras tanto, la noticia del envío de armas pro~
dujo mucha hostilidad en Centro América, especialmen–
te en Guatemala. Felipe Molina, Ministro de Guatema– la en Washington, protestó al Gobierno de los Estados Unidos, (56) y la GACETA DE GUATEMALA, el dia– rio oficial del Gobierno, acusó a la compañía del fe~
1.rocaIlil de intervención ilegal en los asuntos Centro– americanos El verdadero objetivo de Squier, de acuel– do con la GACETA "era fomentar desóldenes y agitar cuestiones políticas para que después, las inhigas de los anexionistas, de quien Squier era el agente y acti– vo colaborador, encontraran el teueno preparado" (57)
}:;l diario oficial recunía a este tema una y otra vez en sus columnas, alegando que el ferrocarril no el a una
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empresa legítima, sino que era en realidad un ardid con– cebido para ~re~arar primelo a Honduras, y luego a las otras Republicas, para la anexión (58)
El envío de armas, calculado para fortalecer a Ca– bañas contra la plesión de Guatemala, indudablemen_ te puso a aquél fuera del peligro de Carrera, al menos por el momento Pero, sin duda alguna, aumentó la actitud enne Honduras y Guatemala y, plobablemente fOl taleció la determinación de Carrera de den oca.r ~
Cabaña.s. Guatemala estaba opuesta al. proyecto del ferrocarril desde el principio, y los promotores del fe– rrocauil sostenían que una de las razones de Guatema– la pala haber proseguido la guerra contra Honduras con tanto vigor ela porque deseaba destruir el proyecto del felTocarril Follin informaba desde Omoa "que la de. telminación de los hombres en el poder de Guatemala
y de los Ingleses en este puerto es, generalmente abier– ta y decidida, de interrumpir la propuesta emp;esa A–
mericana de ablir una comunicación inteloceánica a havés de este Estado Y de 10 que he podido averi– guar este es uno de los principales objetivos de la ac~
tual guerra conha Honduras". (59) Henry Savage, Cónsul Amelicano en Guatemala, estaba de aouerdo
(60) Follin y Savage creían, como Squier también, que la oposición guatemalteca a la empresa del ferrocarril emanaba del temor que el comercio de Guatemala con Belice selÍa abandonado en favor de la ruta hondureña.
La oposición se hizo más intensa, y necesariamente más
cautelosa, cuando los Guatemaltecos supieron que la compañía estaba supliendo armas a Cabañas (61)
Squier, en contestación a los cargos de injustüica– ble intervención en la guerra entre Guatemala y Hon– dUlas, explic~ba: "La transacción era una, correcta, comelcial, precisamente c.omo otras que se hacen dia~
l ¡amente La Compañía de Ferrocarril de Honduras tenía suficiente fe en la honradez del país para garan– tizar el pago de sus complas, y está preparado para ha– cerlo, en cualquier cantidad r8Z'Onable que el Estado pueda requerir" (62) Por muy comercial que el tra– to de las armas pueda haber parecido, era en esencia, politico: Cabañas estaba "usando los mejores medíos de asegUlalse la futura presidencia", como decía un amigo del proyecto fenovialio, (63) con la 1econsnuo– ción de su ejército, y la compañía trataba de asegurar su posición fortaleciendo en el poder un gobierno fa– vorable
Los socios de la empresa consideraron ir aún más
lejos en el apoyo del régimen liberal en Honduras Dándose cuenta que Cabañas podda necesitar tanto hombres como armas, Squier y Edwalds discutieron la posibilidad de enviar "colonizadores con vuelta de campana ll a Honduras e hicieron preliminares arreglos para enviar un grupo de filibusteros en apoyo de Ca– bañas (Con ((vuelta de campana" es una expresión feliz de Squier, indicando C'Jn ella que los colonizado–
res, como el teodolito con vuelta de campana de los to– póglafos, pudielan emplazar sus miras delanteras ali– neándolas con las otras Notas del traductor) (64) El Capitán Randoph B. Mmcy, quien no IrtenÍa la menor duda" de la habilidad de los Estados Unidos pala digerir cualquier usabroso bocado" de te– rritOlio que pudiera oaer en su camino, aCOldó encabe~
zar una expedición armada a Honduras (65) Atortu-
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