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« Previous Page Table of Contents Next Page »nadamente pala la leputación de Squiel, los planes -que nunca fuelon plenamente desclitos en la corres– pondencia existente- fueron cancelados antes de que se pusielan en ejecución Como Squiel explicaba a Cabañas: "El Capitán Malcy, quien pI opuso ir a Hon– dmas con UllOS hombles, no ha vuelto aÚn de la fron– tela Plobablemente estalá aquí el próximo mes, cuan– do le consultaremos el asunto de su pal tida, etc Has– ta entonces, no Cleo que deben tornarse pasos a este lespecto Actualmente, por razones que le he ex– puesto alliba, (desfavOlable pelspectiva financiela) se– lá imposible pala nosot1.0S lleval a cabo los planes dis– cutidos entre usted y MI. Edwards" (66)
Marcy lenovó su ofrecimiento de encabezar una expedición milital a Hondulas aÚn en Diciemble de
1856 y ohas sugestiones filibustelas lecibieron su aten– ción en 1856, pelO la compañía no envió ninguna oha ayuda militar, ya de hombles o materiales, al Gobiel– no de Honduras (67)
El segundo objetivo de la visita de Edwards a Honduras, -el de hacer que comenzaran las negocia– ciones entre Hondulas y los Estados Unidos- tuvo también éxito En Enelo de 1854, Cabañas nombró a José :!!,'rancisco Banundia, el más plestigiado liberal en Centro Amélica, Ministro de Honduras en los Es– tados Unidos La compañía del fenocatril estuvo al– tamente satisfecha con la selección Barr undia fue adicto a los Estados Unidos, un "fitme y consist~nte le– publicano", un enemigo de Carrela, un Anglófoho, y un ferviente admitadOl de Squiel (68) El habajo de Edwmds con la Legislatma se terminé al tiempo de que Banundia estaba pleparado para salir, así es que los dos salieron juntos por vapor hacia Mobile (69) El propósito de la misión de Banundia a los Es– tados Unidos ela, apmentemente, la de negociar la ad–
misión de colonizadoles Norteamelicanos a Honduras }Jata asentarse en tierras concedidas a la compañía fe– lrovialia y, quizás, negociar un tIatado galantizando la protecCÍón del fenocauíl (70) Más fUe ampliamente intelpletado desde el plincipio que era intención de Ba–
H undia la de prepalar el camino de la anexión a los Estados Unidos, o aún la de tIatal de la anexión in– mediatamente Este ela el único camino, de acuerdo con los informes, que el Libel alismo de Hondm as po– dlía estal segUIo del lapaz Conservatismo de Guate mala (71) De acuerdo con la GACETA: liLas Hon– dmeños están atemOlizados por su guerra con Gua– temala y pOI las cuestiones en disputa con la Glan BI etaña acerca de las Islas de la Bahía y otros asuntos En consecuencia, desean echarse en blazos de los Esta– dos Unidos MI' Squier los ha influenciado para hacer la solicitud" (72) Y el New YOIk HERALD, que aseguraba tener Una copia de las inshucciones se–
Cletas a BaHuudia, declaraba: "El glan objetivo del Genelal Ballundia, y que complende todos los otros, es el pleciso, absoluto y positivo de la anexión de Hondmas a los Estados Unidos" (73)
Puede habel habido alguna verdad en los infor– mes Al Ulgir a Cabañas a nomblar un Ministro a los Estados Unidos, Squier había argumentado que
H
e1 agente adecuado en Washington y New YOlk puede ha.. cm mucho más de 10 que está en manos de MI' Bor– lanel alcanzar, especialmente en aquellos asuntos no
ligados a la diplqmacia" (74) Edwalds, qUlzas con la anexión en mente, consideraba la misión de Balrun– dla de glan impoltancia "Si Callera avanza y vence al Genelal Cabañas pienso que un Gobielno tempOlal puede 811eglmse dmante el armisticio el General Ballundia puede completal sus alleglos que podlán in– validar la necesidad de elecciones, por lo tanto, ayuda tú a las negociaciones de Ballundia" (75)
Por oha palte se infOlma que Ballundia esclibió
de New YOlk: UAquí todos los periódicos dicen que yo he venido a trabajar pOI la anexión de Hondulas Los he desengañado de este ellOl" (76) Quiz'ás Squiel y Edwards intentaban manipulal a Barrundia a nego– ciar la anelión . Que ellos planeaban moldear la mi~
sión de Honduras a sus pI opios intereses se levela pOI el siguiente páll afo de una car ta de Squier a Edwmds: "Una insinuación acelca de NUESTRO Ministro cuando yo lo traiga Debe mantenelse alejado del oho Malina (la p~imela escogencia de Cabañas para la mi– sión ela Pedlo Malina, Felipe Malina fue Minisho de Guatemala en los Estados Unidos de 1852 a 1855) tan– to como sea posible y bien alimentado Una bien apa– leiada cena privada todos los días mientras esté en New YOlk pleparándose pala sus labOles en Washington se~
1 á necesalio pal a su salud y bueno par a nuestros inte– leses Ella (Hondulas) necesitará algunas armas, al– gunos colonizadoles "con vUE'lta de campana" Piensa en estas cosas, pala que no te sOlplendan ni a tí ni a nuestros amigos", (77)
Las gl andes espel anzas de éxito de la misión de Bal1uurUa ÍU010n lotas por un inespelado desasbe Ba~
Irundia presentó sus cledenciales al Presidente PiClce y pI anunció un significativo discmBo en Washington, en el que abogaba pOI relaciones más íntimas con los Estados Unidos, pela el 4 de Agosto de 1854 murió, an~
tes de que comenzaran las negociaciones (78) Su muerte, que Squier calificó como una "calamidad na– cional", fue, indudablemente, un sevelO golpe para el proyecto de ferrocaHil, (79) Los plomotores, afectados
pOI la pública indiferencia a su causa, buscaban en Batrundia Un éxito diplomático Ahora se enconha– ban con nada sino ela dilaciones
La pelspectiva del proyecto a fines de 1854 era, en lealidad, oSCUla Los esfuerzos para obtenel que Cahañas nomblala un sucesor lesultaban fallidos, así como 10 fUNon los lenovados esfuelzos para obtenel que Piel ce nomblata un ministro en Honduras, Ca– bañas comenzó a despilfarrar sus pleciosas aIm:ls ayu– dando a sus camal adas políticos de NicaI agua, expo– niendo así a su propio régimen al peliglo (80) Squiel y Edwards cayeron enfellDos de fieble, aparentemen– te contraída en el "eminentemente saludable" clima de Hondmas (SI) El establecimiento melcantil de Amo–
IY Edwards fracasó (82) Y sable todo, los especula– dOles en los Estados Unidos no mostraron entusi8smo alguno para invertir en la nueva l uta ístmica de trans– porte "Los tiempos Son extremadamente malos aquí, siendo el dinelo escaso y la confianza destruida", in– fOlmaba Squier "Por supuesto, ninguna empresa co– mo la nuesha puede plospelal en tales circunstancias Nos concletamos simplemente a lleval a cabo lo que hemos comenzado, y pospondl emos opel aciones activas hasta que haya lo que se lláma un l<cese" (83) A fi-
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