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« Previous Page Table of Contents Next Page »(19) Investigadoles posteriores no
1 ash os de los misteriosos grabados
mucho desengaño de sus amigos científicos, que se sOlplendielon al verlo enVuelto en una !ldesmedida especie de acción diplomática" Squier no pudo hacer en Centro América lo que había hecho en Ohia (14)
Sus deberes diplomáticos eran tan pesados, que poco tiempo le quedaba péiJ.a exploraciones y la medida sis temática de los sitios arqueológicos Centroamericanos Además, las exigencias de la rivalidad ístmica Anglo– Americana obligó a Squier, -o al menos así lo pensó él mism~, a permanecer én Nicaragua 'y El Salvador teuitolios que estaban fuera de la frontela de la gIan civilización prehistólica C·entloamericana; comenzó a explOl ar inmediatamente las áreas donde sé encontra– 9a, Squier observó, al entrar a la ciudad .d~ ~ón, Ni– cmagu8, en Julio 1849, que un ídolo, aparentemente labrado en piedra por habitantes antiguos, ocupaba un sitio prominente en la plaza principal de la ciudad Pronto lesolvió ~iSitar ia: isla de donde venia, Momo– tombito, en el Lago de Mana~a. El 26 de Julio, Squier salió para explOlar la Isla, acompañado de su dibu– jante, de un ~acerdote NiCara~üense y .del Cónsul d~
los Estados Unidos en León, Joseph L.ivingston Pasa– Ion parte del dia en l!i isla y encontraron numeIOSOS ídolos de piedra, .que todavía recibian, -de acueldo con Squier-, ciel ta veneración de parte de los in...... dios En ve:n de expforar lo que parecfa ser un extenso sitio arqu,eológico, Squier dirigió sus esfuel zas en ob– tener e¡" ídólo mlls grande, junto con otros fragmentos, a bordo de un pequeño bongo y luego a la costa del Lago (15) El ídolo y los fragmentos fueron acalleados al puel to de El Realejo y de am fueron llevados a Washington yola Smithsonian Institutloh, (i6) Oltos altefactos. algunos traídos por indios amigos , fuelon donados POI él a la Sociedad Histórica de New York
(17)
La negociación del contrato de cana~, el TI atado Squier y la cIisis de la Isla del Tigre, mantuvieron o– cupado a Squier por algunos meses siguientes Pero tan pronto como tuvo una tregua en su rivalidad con Chatfield, Squier planeó una más extensa expedición arqueológica .Había oído decir que más ídolos de piedta se encontraban en l~ islas Pensacóla y Zapa– tera en ~l Lago de Nicalagu~ y en Diciemble 1849, sa–
lió con su gente a visitarla Un dia de exploración en :pensacpla dio po}; l~sultado el descubrimiento de una sola estatua de 1 eguíal tamaño que la ti ipu]ación puso electa para que el artista la dibujala. Al siguiente día, en la Isla de Zapatera, Squier descubrió un gru– po de túmulps en un ~stado avanzado de destrucción y cerca de veinte estatuas, semejantes a aquellas de Momotombito y Penaacola, desparramadas entIe los túmulos Todas 1,83 estatuas de Zapatera fueron colo– (,adas en posición, para qUe el artista las dibujal a v Squier tI azó ·un piano, -aunque no indicó la escala-o moshando el sitio de los túmulos y las estatuas (18)
En otra excUlsión mqueológica Squier visitó la laguna de Nejapa, cerca de Managua, Nicaragua y exa– minó algunas pinturas o grabados soble los auecifes que bordean la laguna Un grabado, obsel vó Squiel, era el de una serpiente emplumada emollada para si– mular el sol A Squier le parecieron los grabados "PI e cisamente en el ~stilo y en el l;arácter de aquellos que se encuentIan en los antiguos manuscritos Mexicanos
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y Guatemaltecos" pudieron encontral
(29),
.Rumoles. apal~?idoS en. los diarios de que Squiel habla descubleJ. to una antIgua ciudad, peldida en la selva que soblepasa las nlaravillas 8lquitectónicas de Palenque", ap81.eniemente emanalon de infOlmes
exag~'ados del hallazgo de Zapatera. (21) Squier eo cllblO extensamente sobre sus descubrimientos a J h
R Bartlett, quien leyó piurafcis de la carta de S_o. n
t 1 S 'ed d Hi . qmel an e a OCI a 'storica de New York y la S .
dad Ein~lo~ca Amelicana, pero ~quier no hacia ~~:
des desmedidos acelca de las estatuas o el sitio de ¿apatera. (22) En lealidad, ni siqiera intentó analizar
lo que había enco~trado, ni aun e~ su libro Nicaragua. publlc.ado dos a~os después~ !En Nicaragua y en "0b.–
sel vaClones sable' la Al queolCig1a y Etnologia 'de Ni– caragua', ~ extenso articwo publicado por la Socie– dad ~tnologlca Amelicana, ;desciibió' tan detalladamen
te co~a ~udo lo~. i~010S 'que habia eilcontIado y le– prOG.UJo ~lbuJoS ete lOS mismos. (23) Dijo que uno de los ldOlOS le recOldaban "el ¡:>1umaje Olnamental t . ,. an c?mun en los antig"uos monwiient9s· dé México Yuca-tan y Centlo AmérICa", p~ro tuvo buen cuidado de no dar un~ declaracio"n ~ósltíva r~s.t;'ecto a su Olige¡¡
(¿4) Lo~ t~UIOS Cíe Z~patefa. ,p~nsó, E¡lan "como los
de MexlCo , pela se hIZO comentalio alguno SODle Ú
relativa, importancia ~el sitio. (25) En - resumen la d€.scnpClon de bqui~l' de' SUs descubrimientos el a ' ad":' mllablemente cautelosa y Prudente.
l-'ocos elUC1ttos h,an comentado desde entonces los hallazgos de Squiel. J. F. BlansfOld" un funclOnalio
m~~lCo en la Malina de los Estados Unidos, que acam– pano una expedición a Nica~agua en 1876, vio algu_
U?S de l~s estat~as desclitas por Squier pero no alte---–
lO ap.leclableme.nt~ la descripció~ d~ Squier Se con....,. c.entI.o en fragmentos de alfat~r~~ Nicaragüense de su PIOpJO d~scubrimiento. ~n c;:ontl~te a SqUiel,' Blans–
f~~d notó poca influenCia May~ O ~tepa en las anti-. guedades Nic~l~gü:ens~s; P~ñs,~bS1 má$ bi~n que los fragmentos y .~st?tu~s ~u~ Qabia visto habían sido he-.
chas ~~l, gentes ~:s a los iJléU,ps Swamericanos, (26)
la oPI~lOn ,81q,ueolo g lca p~of.esi~nal sostenida hoy Call Bovallius llevo a cabo un ex~eI). más detenido de la Al queología Nicaragiiense en los lanaS 18BO Conigió
algu~o.?e los detalles de las descripciones de Squier, descublO algunas estatuas y objetos de cerámic·a que Squier había preterido, y se refirió al "espléndido tra– bajo" de Squier como el plimeIQ soble Alqueología Nicalagüense (27) S K. Lotluop, el único esclitor en el siglo XX en comentar extensamente sobre los' ído– los Nicaragüenses, reconQció el trabajo pionelo de Sqwer en llamar la atención a los sitios arqueológicos de las fu eas fronteri2:as de la civilización Maya Loth....,.
l'Op concluye que los ídolos eran de origen ChOlotega y que definitivamente no fuelon, hechas por Aztecas o Mayas (28) , ,
Cuando Squiel visitó Cent~o Amélica por segun– da vez, en 1853, su príncipal interés fue promociona! Deseaba establecer la factibilidad de la ~ uta del felfO--:– carül y negociar con el gobierno de Hondmas el de~
lecho de ,cruZ'ar el país. Con todo, la arqueología no pa leoía estar lejos de sus pensamientos, pues dedicó pal-
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