Page 103 - RC_1969_01_N100

This is a SEO version of RC_1969_01_N100. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

momento se envió un correo a,.Quezaltenango anun– cianclo la toma de la capital. El efecto aquí fué in– mediato y 'decisivo el pueblo se levantó contra la guarnicióI1 de Carrera intimándola _a rendir las a1'-;

mas~ El corregidor, no queriendo h,acer fuego sobre los ciudadanas y vién~ose imposibilitado de reprimir la i;nsurreción con \lna fuerza tan pequ~ña, por con– sejo cle!: ~ura y de don Juan Lavanigna, indujo a los soldadQs q entregar las armas y a que abandonaran la: ciudad, evitando ~si la efusión de sangre y una ho~

nible matanz9. de ciudadanos indefensos La misma noche, la municipalidad, sin el,conocjmiento de Lava.. nigna, lo nombró comandante de la plaza,. El rehusó ellcargo, pero,el pueblo se encontraqa c;;n un violc;mto e'stado c1,e excitación y le urgían ,a ;queac~ptara ppr esa noche solamente, porque de Jo cop,trario , la furia del populacho se tornaría contra ,~l Lá misma noche el pueblo se pronunció en favor d~ Morazán e inm~­

diatamenJe, despacharon,"a un in.dio enviándole una carta de cOIJ.gratulación pebemo$ recordar, sjn ~m­

bargo,¡ qlle mientras tanto M;or~,zán habífl sido J;'ep~~

lido de la capital: y que CarreJ;'a lQ perseguía en 84

hu¡da~ iEn IR Antigua, Carrera encontró a \ln:sargen.,. to desarmado, ,qqien lo puso al cOlr'ienre de lo ocú– rrido en Quezaltenango Dejó entonces de pex:segu~r

a ,Morélzán y mar:chó gire,ctamente para a~á Pro~to

se tuvieron noticias de su aproximación, y entonces el corregidor;: el cura y, don Juan Lavanigna fu~ron

envia,dos cOplo diput~ci6n parw r~cibirle 11.0 encon– traron ~n, Totonic~pán. Carrera ya tenía, noticias de -cómo hpbia inducido, a sus soldaQos a rendir las ar– mas, ,y Su primer saludo fué una furiosa declaración de que ,sus cabezas que;darían en aquel lugar y, h,a– ciendo; a un lado su, fanatismo y respetó hacia 198 sa w cerdotes, estalló, particularmente contra, ~l cura, afir~

mando que éste era pariente de Morazán. El cura

~espondió que no era su pariente sino que sólo era

Su paisano (lo que en aquel pafsquiere decir del~isw

mo ,pue1;>lo) y que no podla renunciar del lugar de ,su nacimiento: pepq Carrera inmediat~mente ordenó a cQatro soldados quedo llevaran a pocos pasos de dis– tancia ,y que lo fusilaran en el acto Entonces el go,~

bernador, el indip ~nciano: ,a quien nos J1,Ehn'qs l,'eferr~

do, se arrodilló ante Carr~ra implorando por la vida Q,el cura; pero Carrera desenvainando su espada le ,hirió dOs v.eces en el horpbro, y ,cuando lei vimos, aun no habian¡sanado,las herida~. Sin embargo, ya,ha~

bía desistj()o de su inmediat<;> propósito de. fu~ilara,l

cura y 10:e'lftregó a los soldados ,A don Juan L?V;l~

nigIla 10 salvó ,el s~retario de, Ga,rrera, quien publicó en IIEl Ti~mpo'':, peri4dioq oficial de Gu,atemal3, el

,extr,acto de u,Il,~ Ca.Ij;l escrita por don Juan a ~n amigo de la ,capital" a1flban~o la condl1~ta d~ Carrera en su

~ntrada anterior 3 Quezaltenange;> y la di~ciplina y

buen,port~ de sus tropas. , ' Al día sigui,~nte, wuy, de ma~fugadá, ¡nafchó C!'– rJ,"era l3obre! !Qu~zaltenango ,~on ,el ~ura y dO l1 Juan c0lf10 prisioI;leros. ~ municipalidad. 10 esp~raba en .la" plaza; perq desgraciadamente, el '~ndio, a quien se le había confia()Q la c~rta. par~ Moraz~ri,' había. esta~

po! vagandQ; por, la, poblaClóIll Y: en ~ste lllOD1<:;nto: ipw fortunado la presentó ,a Garrera. Antes que su sécre. tario hubiese terminado su lectura, Carrera, en un transporte de furia, desenvainó su espada para. matar– los ,con su propia manQ, hirjendo a rv,rolina, el alcal·

0'1..,. mayqr, y a otros dos miembros de la municipalidad pero retr~nándose, en seguida, ordenó, a sus soldados apoderarse ,<;le ellos En seguida se dirigJió, a donde el couegidor y estallando otra vez su furia' desenvainó su espada contra él; una mujer que estaba en la haw bitaci6n se interpuso entre los dos y Carrera le pegó varias veces alrededor de, ella, y J,J<?r último, con~e~

niéndose de nuevo, orde;nó el, fusilamiento del corre· gidor a menos que levantara una contribl1ción de cin~

co mil dólares en la ciudad A don Juan y al cura se les encerró en una habitación con la amenaza de

ser fusilados a las ~inco de la tarde si no pagaban mil dólares c,ada uno a Carrera y dosc~ntos y cien respectivamente a su s~cretario Don Juan era el

pr~ncipa,l comercié,mte de l~ plaza, pero a pesa;r de eso le era difícil reunir la suma que le pedían. El pobre cura manifestó a Carrera que éi no poseía más bienes en el mundo que: sus muebles y sus libros A nadie se: le permitía visitarlo excepto a l~ anciana criaqa que fué quien pri,mero nos refirió la historia Muchos de sus amigos habÍ(ln huido para e§conderse y sólq la vieja criada Jlndapa de unlug~r a otro con cartas,es(}ritas por el p.lismo cura pidiendo cinco dóla– r es" o diez, a los ql1e quisieran darle Una anciana le lUaud;ó, ciendplares,A las cuatro de la tarde y con tqc}os ,sus, es~uerzos no había reunido más que sete–

ci~ntos dó¡ares; pero, después de pasar por todas las agonías de ia muer te;.'.cuando el ~ura había p,erdido ya toda

i esperanza, clan Juan, que había estado dos horas, en libertad; 10gl Ó conseguir 10 que faltaba y lo dejarO;I1 1,b,re, '.

,j, ,

cA la :lUañ~na siguiente, CSl;'rera manetó a pedir

prestaclp~: a don. Juan S.1,l8 , ~tiles par~ ~feitarse y do~ Jua~ :se los, 'levó personalmente El siempre había estado ~n bu~nas, relacioI1es con Carrera y éste le preguntó, ~i YR,l~;había pasado el susto, con tal famiw

l;ar~dp.d cPfn.9: si nada hubiese acoptecido Pocos mo– mentos qespués se le ';';i6 e:t una v~ntana tocando gW– tarra y T-ln~ ,hora más tarde, sin la menOr fC\"'ma de

jui~io~ ni ?un ei de la cort~ marcial, 'diez y ocho miem_

brp~, pe l~ municipalidad fueron, sacadps a la, plaza y pasados por las armas' Todos ellos eran dé la~ prin– cipales perSQpas de'Que~al,tenango; y Malina, el' al~

cal<Ie ma:yqr,,: en familj~, posición y ~a,rácter~ no t~nfa

se;gundp en la república. '~a esposa de Malilla, pen. dIente de las rodillas de, Carrera, .le implorapa por

la,;v~(ia de su esposo a tiempo que ,~~.te: p<;lsaba entre una escolta de s,oldados Ella gritó "¡Robertito!" y él la alzó a ver pero no dijo nada. ~ Entonces la seño_ ra, ~aIl2{and,o un

~rito se d~~,mayó. y antes de recobrar el ~ sentldo ya su esposo había muertp Lo llevaron cerca de la, esqWna. de la, casa,. 10 sentaron en una piedra y l\> fusilaron al inStante. A los Otfos se les sel1t<?: en el mis~o lugar uno. a Uno~ La piedra y el

~uro;de la. casa todavía estabanensangren~a,dos. Me contaron que Carrerel vertió lágrimas por la muerte de loS do~ primems y (lijo que los. (lemás no le inl·

P9rtaban nada Hasta el dia, en todas las revolucio~

nefi, sie,repre. se ;había Jt:lostrado, cierto resp.eto hacia los triqunaif 7 s,de jo.sticia, y no s~ podía concebir cuán gra'J;1de .era el, hprror de los habitantes por este inicuo

~sesin~to de lo~ Íllejores hombres de Quezalte:nango. Estos hecho~ 'fuerqn notorios para todos en la ciudad. NosQtros sppimos d~ ellQS, CQn muy pequeñas varia. ciones d~ drtalle, de más de una docena de personas

difere.nt~s ., .

Después de haber consumado, esta atrocidad, Ca~

rl'era regr~só 'a 'Oll¡ltemala, dejanao al pueblo sumiqo en la más grande consternación. Se consideraba esto c01!l0 un golpe a 1<;>s blancos y todos temian los ho·

rrór~s <te una guerra de c~sta,s. Yo.qe procurac;lo evi– tar el ~,!=presarme con, dureza de Carrera SIempre que he podido. 'Me cOQ.sidero: personalmente o1:>liga~

dQ hacia él, pues siri su proteción nunca habría podi· dO' viajar por el país; pero es imposible reprimir el

sent,im,i~n.to de iq,dignació:Q. que se levanta contra el

gob~erno q:ue, consciEmte de la atrocidad de su con· ducta, y. del, exces,iyó desprecio en que se le tenia, nun· ca se, atrevia', a llamarle a cuentas y ahora le' adula y le ,sosti~ne en el poder' ~

Pero, :volvamos al cQra: era el como de cuarenta

y cinco, añqs de edad, altO, corpulento y bien pareci– do, tenía a su cargó varios curatos y, después de la de canónigo, su posición era la más alta en el país; pero tenía sus quehaceres Se encontraba en e~os

día's. muy ataleado cOn las cer-emonias de la Semana Santa, y por la noche le acompañamos a la iglesia

Page 103 - RC_1969_01_N100

This is a SEO version of RC_1969_01_N100. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »