This is a SEO version of RC_1969_01_N100. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »conducción entel amente nuevo El a en un vehículo llamado caléche, constluido poco más o menos coTIla el anticuado cabliolé, pela muy lalgo, pesado, hecho pala caminos escablosos, sin lesortes y pintado de lOjO, ver– de y amalillo Un baúl de Cuelo pala cada uno iba amall ado por deh ás, y encima de ellos, llegando hasta alliba del caléche, iba asegUlado un montón de SClcate
pata los caballos Toda esta caIga, con Mr Cathe1\vood
y yo, ela titada pOl un solo caballo, que l1~vaba al co_ chelO sable sus lomos Lo seguían otros dos caballos de lemuda mnesados, y montado lln muchacho en cad<l uno :É1 camino era pelfectamente plano y sable una calzada un poco elevada art iba del llano, la cual era pedlegosa ~ cubietta de ~lboles achapallados (tI prin: cipio palecra un gran lUlO el rodal en un vehlcul0 de luedas; pela con lo fragoso d~l camino, Y el caléche sin resOl tes, al poco rato este lUJO empezo a ser algo dE. doso
Después de los esplép~idos :pai~ajes, de Cenit o A– mérica la legión era estenl y sm lnteres, pelO nota– mos las señales de un !ico inteliol en los glandes carros til ados 1301 mulas de ?inco .en fila, con altas 1 u~9-as a diez o doce pies de dIstancIa y cargados con canamo, hmpillera, cela, miel y pieles de les y de :renado El primel incidente en el camino fue el cambIO de caba· llos el cual consitió en sacar al caballo de las varas
y ponel uno de los otros, ya bañado en sudor Esto ocurrió dos veces; y a la una de la tal de. entramos ~l
pueblo de Hunucama, agladablemente sItuado, metl~
do entre los árboles, con una extensa plaza, pOI en–
tonces decOlada con una entamada de siemplevivas en todo el denedor, prepalativos pala la gl~n f.ies~a de Cal pus Chtisti, que iba a celeblalSe al dla sI.~ttlente
Aquí tomamos tres caballos de remuda; y cambwudolos como antes, y pasando por do~ ~ldeas, a ti avés de upa vista de dos millas de largo dIVIsamos los campanarIOS de Mélida y a las seis de la tarde entramos en la ciu_ dad Las 'casas estaban bien construidas, con ventanas
y balcones, Y muchas eran de dos pisos Las ca~les
estaban limpias, y había en ellas mucha, gente ble!1 vestida animada y alegre al pa~ ecer, caleches capn– chosan;ente pintados y plovistos de cortinas, con damas en el inteIior primOlosamente ataviadas, sin somblelo,
y con los cabellos ornamentados con floles, dábanle un aire de aleglÍa y belleza que, después de los som– blíos pueblos por los cuales habíamos pasado, ela fas· cinante y casi poético Ningún lugar había sido hasta ahora tan agl adable a la primera impl esión, y había un hotel en un amplio edificio. legenteado por doña Micae_ la, y al llegal a él sentimos como si pOl algún acciden– te hubiésemos caído sobre una ciudad emopea El lector tal vez Se sorprendelá, pero yo tenía un
amigo en :rvfélida que me esperaba Antes de emba l _ carme en Nueva YOlk, ha'Qía dado en la costumble de comel en un hotel español en la calle de Fulton, fle– cuentado plincipalmente por hispanoamelicanos, en cuyo lUg81 había yo encontrado a un caballelo de Mé– lida y sabido que él ela el pldPietario de las 1 uinas de
Ux~al Hasta aquí yo no sabía nada de la posición o C81áctel de mi amigo, pelo planto descublí que todos en Mélida conocían a don Simón Peón, Por la tal de nos dhigimos a su casa Esta ela una amplia mansión de aspecto alistocrático, de piedla gris obscUlo, con ven– tanas y balcones, que ocupaba casi la mitad de un lado de la plaza por desgracia él se hallaba entonces en Uxmal; pero vimos a su esposa, padre, madle y hel_ manas, pues la casa era qna residencia de familia, cu– yos difelentes miemblos poseían haciendas sepaladas Ellos habían sabido por él de mi ployectada visita, y
me l ecibiel on como a un qmocido. A don Simón se le csperaba de regreso dentro de pocos días, pela, con la esperanza de enconharlo en Uxmal, determinamos se gnil adelante inmediatamente. Doña Joaquina, su 111a dIe, ~nometió hace! todos los aneglos necesarios pala el viaje y envial un criado Con nosohos Ya hacía nmcho tiempo que no habíamos pasado una noche tan agladable; vimos a muchas pelsonas que en apariencia
y manelas habrían dado buena leputación a cualquicl sociedad, y nos dejalon con una filme disposición de hacel alguna estanoia en Mélida
La plaza plesentaba una alegle escena Ela la vís– pela de la fiesta de El Corpus. Dos lados de la plaza estaban ocupados por conedores, y los atlas se encon_ tlaban adOlnados con emamadas de siemprevelde, en– he las cuales había luces diseminadas Alegles glUpOS se paseaban POl ahí, y a lo largo de los cOlledOles y en fl ente de las casas se habían colocado sillas y bancas para el uso de los paseantes y de todos aquellos que quisieran ocu\paI1as
La ciudad de Mérida contiene ahededor de veinte
mil habitantes. Está fundada sable el sitio de un anti. gua p~leblo indíg.ena, y data. de pocos años después de la conqmsta En dlfel entes pal tes de la ciudad se encuen– tran las 1 uinas de edifioios indígenas Como la capital del poderoso Estado de Yucatán siempl e ha gozado un alto glado de consideración en la Confedelación Mexi– cana, y por toda la [República es afamada pOI sus sabios
u hombl~s doctos El Est¡ldo de Yucatán había decla_ lado. su mdependenci::: de México; en realidad, ésta se conSIderaba ya obtenIda. Se habían lecibido noticias de la ~~J?itulación :le Campeche y de la lendición de la
gua~mc:on cel1;trahsta. El último resto de despotismo habla SIdo extIrpado, y la Gapital estaba en su plÍmel lapto de entusiasmo por el triunfo de la levolución y
con, ~~ Olgullo de .ser independiente Alejado POI su poslclOn: ~la mamfiesto que no selÍa una cosa fácil pal.a MexICo el leconquista:do; V probablemente, como Telas, este es un miemblO desplendido pala siempre de
aquella grande, pero débil y peltUlbada lepública Ela glato el hallar que las animosidades políticas no Se fo–
~entaban con la misma ferocidad, y los centralistas y lIberales se encontraban como los hombles de pal tidos opuestos en mi país
Al día siguiente era la fiesta de Corpus Domini en tod?- .la Amética Española, la más glande de la iglesia catollca Por la mañana templano al lepique de ]a campana, nos fuimos a la catedlal l~ que con el pala
~io d~l obispo, o~upaba un costado ~n~ero d~ la plaza Ei lntellor era J.!laJestuoso e imponente, con un cielo abo_ vedado de pIedra, y dos ringlelas de elevados pilales del mismo material; el COlo estaba en el cenho el aHat ticamente adOlnado Con plata; pela el glan ~hactivo
consistía en las damas allodilladas ante los altares con velos blancos o negros cubliéndoles la cabeza, algunas de ellas de lUna hermosura y pureza propias de un san_ to, y en el traje, modales y apariencia haciendo vivos los cuadlOS del lomance español Veldadelamente, las damas españolas en ninguna parte apalecen tan hel_ masas como en la iglesia
Habiendo resultado tan buenas las lelaciones de uno de mis conocidos, detelilliné plesental una Cal ta de 1 ecomendación de mis amigos de Nueva YOlk a don Joaquín Gutiéllez, cuya familia tenía alta leputación en Métida, y quien, pala mi SOlpresa, hablaba inglés tan cortectamente como nosotros El había flecuentado la sociedad en Emopa y los Estados Unidos, y, como buen ciudadano, había legu3Sado a casal se con una de las se– ñOlitas y bellezas de su propia tiella Su familia eia de Métida, pelo él mismo lesidía en Campeche, y, co– mo ela un plOminente centlalista, había abandonado a~
quella ciudad a causa del bloqueo de los fedelalistas, y ¡POl temOl a los excesos que pudielan sel cometidos COl1– ila las pelsonas abollecibles, dado el caso que la plaza cayera en sus manos De su residencia nos fuimos a 18.
plaza para ver la plocesión Después de aquellas que habíamos visto en Guatemala esta ela infelÍOl, y no tenía diablos; pela la leun,ión de la gente bajo la en_ lamada y en los conedoles plesentaba un bello espec– táculo Había un gl an gl upo de indígenas, humbr es y mujeles, la laza más bien patecida que habíamos visto, y todos estaban limpiamente vestidos En toda la leU· nión no había una sola prenda de vesth que no esiu– viel a aseada ese día, y se nos refhió que cualquier in– dio que por suma pobreza no pudiela apaleCel con un
lOS
This is a SEO version of RC_1969_01_N100. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »