This is a SEO version of RC_1969_01_N100. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »chul'a de este n oeste El tel1"eno está cubiel to con una capa de dura arcilla como de tres cU81los de yal da
de espesOl Hada un lado del área se encuentran los
1 estos de un magnífico edificio, pelfectamente cua_ dI acto que mirle por cada lado cien pasos, constl uido de pi~dlas labradas extremadamente bien unidas; en_
íl ente del edificio hay una espaciosa plaza, en uno de cuyos lados se encuentran las 1 uinas de un suntuoso palacio, e inmediatos a él están los cimientos de va– : ias casas Un foso de tres yardas de hondo COlre de nOl te a Sur a través de la ciudad, teniendo un p8la– peto de albañilel in que se levanta como a una ymda de alto E-Tacia el lado oriental de este foso estaban situadas las ('asar. de los nobles, y del lado o'Puesto las viviendas de los maseguales o plebeyos Las calles eran, corno todavía pueden verse, dClechas y espa_ ciosas, cruzándo~e unas a otras en ángulos 1 ectos Cuando subimos a la meseta, por alguna distancia
no había señ31es. de haber habido allf nunca una ChI_
dad Muy l)ronto Ufgamos a donde estaba un indio que;uando árboles y preparando un pedazo de tClfeno
PSI a sembrar maíz Don Satul nino le rogó que fuel a con nosoUos y nos mostrara las ruinas, pela él no quiso Luego d?spués llegamos a una choza, fuela de la cual una niUjer estaba lavando. Le suplicamos que nos acompañase. pero se entró corriendo a la choza Más allá de esto llegamos a un mUlo de piedras, pela
311 ulnado v ,confusv Amarramos nuestros caballos bala la sombr" de los árboles, y comenzamos a pie la exploración El suelo estaba cubierto con montones de
1 uinas En tm ~ugar vimos los cimientos de dos casas, una de ellas como de cüen pies de lal go por cincuenta de ancho Hacia ciento cuarenta años que Fuentes había publicado el informe q,e su visita; durante ese tiempo los indios se habían nevado sobre sus espal_ das las piedras para edificar el moderno pueblo de 'fecpán Guatemala, :" la mano de la ruina no había descansado, PI ~guntamos especialmente por figuras esculpidas; nueló!tro guia sabía de dos, V después de buscar niucho nos condujo a ellas Yacían en el suelo, corno de trp.s ui€'s de largo, tan gastadas que no pudi.
mas llegar a c-omprende"rlas. aunque en una se distin_ guían los ojos ;¡ la nariz d~ un an~mal La posición dom;'naba una v:sta casi ilimitada, y se encuentra ro–
deada por un inmenso ball'arico, que. confirma la des.–
ctipción que de ella da Fuentes En algunos lugares e-ra e.spantoso· mu'al hacia sus profundidades POl torIos lados ~ra inaccesible, y lfl única vía para llegar a ella era por el estr echo paso por donde nosotl os enhamos, v su desolación y¡ tuina añadía afIa página a la pe~ada historia de hiS contienoas' humanas, pro_ bando qüe así como en el mundo cuya histolia cono– cernos, ta.mbién en éste cuya historia nos es desco_ nocida, la mnno del hombre se ha levantado en conh
él.
de ~u helmano La solitaria choza indígena es todo 10 olle ahora ocupa el sitio de la antigua ciudad: pela el Viernes S:.;nt'J de cada año se verifica una solemne mocesión de toda la población indígena desde el pue_ blo de Tecpán Guatemala hasta allf' v. según nos contó nue<;tro ~tIÍR. se oyen en ese dia las campanas sonando bajo tit~na: .
Descendiendo POl el mismo angQsto paso, atrave_ samos el ball'ancc v subimos por el oho Jada Nuestro guía itas pw:~ en el camit~o que esquivaba la pobla– ción. V pal timos al galope
Don Saturnino poseía 105 exhcmos del buen ca– ráctel: llane2a, sinceridad, inteligencia V pelseveran_ da Desde que me enconné con él nos había sido de la mayor utilidad, pela en este día se soblepuió a sí mismo, y estflba tan satisfecho con nosotros que declaró que si no fuela por su esposa en Costa Rica, él nos acoffipaíialía hasta Palenque Tenía él un complO_ miso en Guatem·.lla pala un día señalado; cada día que pas;;aha con nCJsoh'os tl ndlía que deduci1'Jo de su visita a sus parientes:, y por sus insistentes 1 uegos habíamos consentido en. pasar un día eón ellos, aunque un poco desviados dE' r..uestl'a 1 uta Llegarnos al molino a
huen tiempo p31 a paseal con él 80bl e la falda de la
Joma hacia ~n 11:'a babia un amplio edificio pal a rc_
cibh el glanc, y abajo de él un inmenso depósito para agua dmante la estación seca, pelO que no daba el lesultado apetecido El molino tenía siete juegos de mueias y babaj,mdo noche y día, molía de setenta a noventa negases (fanegas) de biga en veinticuatro
0018S, siendn c1da negas (fanega) de seis auobas de
veinticinco Fbras Los indios acall ean el t¡jgo, cada uno t011Ja !!lm piedl a y hace su plopia molida, pagando un real, docf> y medio centavos, pOl negas por el uso del molino La halina vale ahededor de tres y medio a cuatro dó~ales'por ballil
Don Rah'rnino era uno de los mejOl es 110mbl es que jamás hayan existido, pero en paños menores er a
tan flnco Ijar todos lados que daba 1 isa POl la no– che, cuando se sentaba en la cama con sus delgados blazas emolladoS" en sus delgadas pielnas, y nosotros le leploLmmos el hECho sacrílego de cortal y ablil
el llapo de algodón, guiñaba sus pequeños ojos, y Mr
e y yo nos leí":.mos como no nos habíamos leído an_ tel iOl'mellte ('n Cent!."o América
Pero en aquella tierra un extlemo seguía inme– diatamente al otro A. mecUa noche fuimos despel_ tados de nuesho sueño por ese movimiento que, una vez &entido, jamás puede uno confundido El edificio se bamboleaba, nuesh ps cr iados en el COIl edor gri_
taban IItemblOl" y )\1"1' C Y yo al mismo tiempo ex_ clamamos "¡un terrp.moto!" Nuestros catres estaban colo<..ados h :'Insversalmellte Por el movimiento on– dulante de 1« Licua él IOelÓ de un lado para otro y
yo me fui ciPo cabeza Esta caída me produjo un hondo abatJmiento al cm az6n Di un salto y me lancé a la puerta Al molnentp. la tielI'a se aquietó Nos sen_ tamos en la milla de nuestras camas, campal amos los movimientos y sensaciones, nos acostamos otra vez
V dOlmimos hasta la mañana
. i\Iuy temprano leanndamos nuestro viaje. Desgla– cladacentc h mula parda no estaba mejorada QUizás
se restablecería en unos pocos días, pero nosob os nos teníamos tiempo de espel al' Mi primel a mula tam_
bién. complada al lnecio de Ulla mirada a la hélmana (le Don Clementina, V que hasta allí había sido el más fiel animal, ,,-a iba en decadencia Doti Satmnino me \)freció la suya 'un animal fuel te y osado, a cambio de la segunda, y la primera la deje atlás, pala que la echaran a loe; potl el os del Padl e· Alcántara Pocas aflicciones hay más grandes en aquel país que la de vel se obligado a abandonar en el camino a estas ex_ pel ¡mentadas y fieles compañeras
Hasta Patzúm nuesh o camino siguió lo mismo que el día :.IntetiOl Antes de llegar allí, tuvimos dificul_ tades COll el equipaje, y dejamos en una choza del ca_ mino nuestro único cahe Saliendo de Patzúm hacia la izquielda nuesho camino se extiende sohre una elevada y p'J.IW meseta, y a las diez de la mañana llegamos al balde de :un barranco de hes mil pies de plofundidad, vimos un inmenso abismo a nuestIos Dies y del lado opuesto el alto y plecipitado mUro del ball'anco Nuesh o camino Se extendía a través de él Muy al Pli! cipio el descenso era escarpado A medida que avanzábamos ]a vereda sClpenteaba ho_
1) iblemente a lo largo de la orilla del lHecipio, y nos enconflamos con una lecua de mulas en un estrecho Jugm, donde no había espacio para hacerse a un lado v nos vimos pn Jo. necesidad de legIeSal'. teniendo cUL dado de dmlt's el lado de] balranco Por toda la ba_ jada las fuimos encontlando; quizás más de quinientas nos pasman, Cal rada!. con tligo para los molinos, y de telas para Guatemala Al encuentl o de tantas mu_ las eal'gadns ron mercancías, peldimos Jos vagos e inde finidos temores con que habíamos emplendido el viajé }lar este camino Nos vimos detenidos por ellas más de media hOla y con glan trabajo llegamos al fon~o
del bananco Un 81'J ayo conía por en medio de él y por alguna distancia nuestro camino seguia la co-':
11 iente y la ahavesamos treinta o cuarenta veces Los
46
This is a SEO version of RC_1969_01_N100. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »