Page 126 - RC_1968_04_N91

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un padre, un Agente de Gobierno sin un Gobierno; sería suponer una criatura sin un Criador. ¿Y por qué debemos reconocer al Gobierno Provisorio? ¿Se· rá porque lo dicta la fuerza? ¿O porque lo impone la razón o la ley? Bien sabe Ud. que la fuerza no da derechos que no sanciona la razón. La fuerza no es derecho, no es razón; no es más que su apoyo. Fuera de eso, no estamos para doblegar la cerviz ante la impotencia de la fuerza bruta ... Sobre todo, no es el mentado ejército y las municipalidades lo que pudiera dar un Gobierno de insurección: es el pueblo, único juze del Gobierno Legítimo. ¿Y dónde está ese pueblo, dónde sus votos?"

¿ Quiénes tenían razón. quiénes eran los intran– sigentes? La única justificación de un alzamiento es su victoria; y los jerecistas estaban muy lejos de haberla obtenido.

12. EXPEDlCION AL LAGO Y AL SUR

La actividad de Fruto Chamorro no se concretaba a los alrededores de -Granada; su deber era recon– quistar el dominio pleno de todo el país, y a ellos se aplicaba con incansable actividad; a medida que el apoyo general se hacía mayor a la causa del Gobierno Legítimo, éste lo aprovechaba para emprender la ofen· siva en las partes más lejanas de la República. En los principios de septiembre, el Gral. Corral se hizo a la vela con una flotilla de lanchas, y el 15

desbarató la del enemigo que pretendía hacer un desembarco en el Paso de Panaloya; de allí en ade– lante, Corral continuó sus triunfos hasta apoderarse de El CastUlo y dominar el Río San .Juan, es decir, la puerta de Granada por el lado del Atlántico.

Los democráticos destacaron gente para ocupar Teustepe y luego el Paso de Panaloya, tránsito obli– gado de las provisiones que procedían del Departa– mento de Chontales. Castellón decía que esta ope– ración era "un paso gigantes que hace tiempo hemos estado intentando sin conseguirlo". Chamorr:o no pen– só en atacar directamente esas fuerzas, sino que efec– tuó un movimiento que impediría la ocupación del Paso y le procuruaría mejores y más fáciles resul– tados directos.

Envió con un ejército al Gral. Agustín Hernán– dez que recorriera los pueblos al Sur de Granada, como Diriomo, Diriá, Nandaime, y que amagara Ri– vas. Jerez inmediatamente llamó al Coronel hon– dureño que estacionaba en el Paso de Panaloya. J;¡sé María Oliva. El propósito de Chamorro se realizaba a ninguna costa. Aquel imvortante paso quedaba abierto, y los abastecimientos de Granada no pade– cerían mengua ninguna.

Las operaciones fuera de Granada alcanbazan éxi· to seguro en todas partes. Los pueblos se pronun– ciaban por el Gobierno Legítimo, y una de las columnas hondureñas al mando de un hijo del ex·presidente Francisco Morazán, era destruida completamente en Jinotega.

Pero el objetivo de este estudio, que es Fruto Chamorro, nos impide abandonar por mucho tiempo el escenario en que él actuaba y donde podemos apre– ciar con más exactitudu las manifestaciones de su personalidad. Volvamos, pues, a Granada.

13. UN ARMISTICIO

Cuando los legitimistas celebraban los triunfos de Corral en el Gran Lago, se presentó en Grana– da el Pbro. Remigio SalaZ'ar, el mismo que en 1845 fue a, proponer la paz al Director Sandoval, cuando el Che– Ion c.apitaneaba la montonera de aquel año. Salazar era un VIrtuoso sacerdote que procedía de buena fe pero su visión política no pare¿ía muy acertada. S~lazar

propuso. un armisticio para entablar pláticas de. paz, y e GobIerno Legítimo conc2dió la tregua solicitada. Los fuegos cesaron, el silencio y el respeto de ambos

~n~?s acompañaban al virtuoso sacerdote; el Gobierno gItImo prohibió bajo rigurosas prevenciones que se

disparara un solo tiro en sus filas; los soldados de uno y otro campo fraternizaban, conversaban desde fuera de las trincheras, cambiaban bromas, Se reconocían los amigos, indagaban por los ausentes, se asomaban sin desconfianza a las puertas y Jas ventanas.

Las bases del Pbro. Salazar, aceptadas de antema– no por el Gobierno Provisional de León, venían a ser en sustancia las mismas que el Gobierno Legitimo ha– bía rechazado a los mediadores Ramírez y Manning. Una especie de rendición, de reconocimiento del triun. fa de los adversarios, si bien no se hablaba de represa– lias

Las condiciones que propuso el Pbro. Salazar con fecha 22 de septiembre podían resumirse así: 19 - Es– tablecimiento de un Gobierno Provisorio, presidido por cualesquiera de las sigl,lientes personas: el Vicario Her. docia, José Sacasa, Hermenegildo Zepeda, Norberto Ramírez, Narciso Chavarría o Cipriano Gallo, todos leo– neses y por lo menos simpatiZ'adorl;!S de la revolución.

29 - Restablecimiento de la Constitución de 1838. 39 –

El nuevo Gobierno Provisional convocaría al pueblo a elecciones de acuerdo con la Constitución de 1838. 4Q –

Olvido de lo pasado por amb<lS partes. 59 - Se entre– garían mutuos rehenes en garantías, designados por el Gobierno Provisional. ' " ,

Al día siguiente contest6 el Gobierno Legítimo de Granada. Después de rendir homenaje a las virtudes y

cristianas intenciones del ilustre sacerdote, decía el Mi nistro, refiriéndose al plan de establecer un nuevo Go– bierno: "Esto presenta de lleno dos graves diifcultades: es una de ellas. romper la legitimidad. cuyo sostén es el programa del Gobierno. Equivale a decir que el Go– bierno se manifieste vencido. qUe abdique; es nada me– nos que dar el triunfo al hecho sobre el derecho; y la situación del Gobierno, la Justicia y la Conveniencia pública resisten la admisión de esta base".

En otras palabras: legitimidad es derecho a man– dar, y mientras se pueq.a mandar, haY' legitimidad. No significaba esto -continuaba explic·ando el Mi– nistro- que el Gral. Presidente Fruto Chamorro pre– tendiera permanecer en el poder a despecho de la opi– nión general. No era él capaz de sacrificar la Patria a su persona. El Presidente Chamorro dimitiría de su empleo ante la Asamblea en sus primeras sesiones. por– que era muy cierto lo que dijo al Comisionado Mr. Manning que él "ni apetecía el poder. ni menos quería mantenerlo en sus manos con menoscabo de los intere– ses y de los verdaderos votos del pueblo".

La vuelta a la Constitución de 1838, no era posible estando sancionada y publicsda la del 30 de abril de

1854 "El Gobierno -rezaba la contestación- no es su perior a tan Augusta Corporación, y por lo tanto no le incumbe abolir su obra veerá y formará en todo o par. te, puesto que aún no ha terminado sus sesiones. sus– pensas hoy día; y que aún conserva su carácter de po– der Constituyente El pasadc es una garantía incontes_ table de que el Sr. Presidente sabrá respetar en el futu– ro la libertad e independencia de lj1s opiniones parla– mentarias de los señores Diputados. Lo dirán sin duda los señores Zepeda, Salinas y otros que formaron la opo– sición".

Re allí indicado claramente la conducta decorosa que debía seguirse, si en realidad los democráticos pro– cedían de buena fe. Reunir la Asamblea Constituyente; el Presidente pondría su renuncia ante ella; y se resol– vería si se mantenía o no la reforma. Pero los demo. cráticos pusieron oídos de mercader a esas insinuacio– nes; para ellos no había más que rendición de la plaza y entrega del gobierno. Legitimidad democrática ba– sada en el acta del cuartel, o te mato, te saqueo y te in. cendio. .

Durante el armisticio sucedieron dos casos que re– velan qué clase de disciplina imperaba en cada c'ampa– mento.

Remos dicho que se promulgaron órdenes est~ic.

tas de no disparar mientras durab'l la tre~ua concedIda al Pbro. Salazar. Sin embargo. see-ún nos refiere el ofi– cial democrático Córdova un legitimista disll'lró desde la torre de La Merced a u'n grupo de democráticos. Na··

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