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mo de don Pedro José Chamarra y de José Pérez,

Su padre había llegado a Guatemala a comple– tar sus estudios. Permaneció allá entre 1803 y 1807, año en que consta se recibió de Bachiller en Guate– mala. El Arzobispo García pE;láez cita a Pe?ro ~ha­

morro como aventajado estudIante de la UmversIdad de San Carlos, y agrega que en 1805 presentó lucido examen en derecho canónico.

Cuando el estudiante regresó a Nicaragua, que– dó en Guatemala el niño José Frutos Pérez, mas no le faltó nunca el cuidado del padre, por medio de apo– derados que le entregaban una. ~ensión p.e_rmanente y comunicaban a don Pe~ro notlclas del mno:

La primera referenGla a Fruto, aunque sm men– cionar su nombre, la encontramos en la carta que don Pedro Chamarra escribe a don Víctor Zavala, el 22 de octubre de 1821, en la que le da las grac;as "por las asistencias que ha suministrado a mi recomendado, por la que le hizo a mi amigo D. Mariano Córdova. 't

estimaré continúe dándole 6 pesos mensuales para ah– mentas y otros 6 para otras ocurrencias, quedando en– tendido de los 34 que le ha suplido".

A fines de 1823, don Víctor Zavala desde Guate– mala presentó a do~ _Pedro Ch~morro una, cuenta por gastos suplidos al nmo Fruto Perez. Ademas de lo ~n­

tregado por pensión de alimentos, figura una parbda para libros. .

A pesar de que por entonces las cosas en NI-caragua iban muy mal para don Pedro Chamarra, y su fortuna estaba ya muy quebrantada a causa de per~e­

cuciones políticas, hasta el punto de que por algun tiempo se le confiscaron todos sus bienes, no por eso olvidaba su deber respecto del jovencito que había dejado en Guatemala.

En el testamento que ese año otorgó don Pedro, se lee la cláusula 10, que reza así: "Item, es mi volun– tad que del quinto de mis bienes se den dos mil pesos

a José Fruto Pérez, niño que se halla estudiando en Guatemala cuando cumpla veinticinco años o tome estado. acildiéndolo con sus réditos para que conti– núe sus estudios, estando mis albaceas a la mira de su educación ... "

Hay una carta de don Toribio Argüello, tío de 'don Pedro Chamarra, en que consta que éste lo autori– zó a pasar una mesada a Fruto Pérei, y preguntaba si debía continuar pagándola aún después de la muerte ·de don Pedro. Cartas del año 1826 demuestran que la pensión se le siguió suministrando a Fruto. Sus reco– mendados en Guatemala fueron don Víctor Zava 1 a, -el Pbro. Camilo Solórzano, don Mariano de Córdova, y acaso también don Próspero de Herrera (hermano de Dionisia), quien tenía correspondencia muy amistosa con don Pedro Chamarra.

Al tiempo de fallecer éste, recomendó a su espo– sa que llamara a Fruto, le entregara la administración de sus bienes y le confiara la formación de los hijos. Tal era el concepto que don Pedro tenía de las cua– lidades y aptitudes de Fruto.

Pasaron, sin embargo, unos tres años antes que llegara Fruto a Nicaragua. Empleó este tiempo en continuar sus estudios en la Universidad de Guatema– la, donde es probable que haya trabado amistad con jóvenes' que luego figuraron en la política de Guatema– la. De cierto sólo sabemos que fue amigo de Bernardo Piñal y Aycinena, quien después fue Obispo de Nica– Tagua y Arzobispo de Guatemala. Juntos cursaron fi– losofía y ambos derechos.

Allá conquistó Fruto el título de Bachiller en Fi– losofía; pero sobre todo se distinguió en matemática, de. tal modo que pronto fue designado profesor de esa aSIgnatura, y a ella dedicó sus preferencias; pero tu-

-va que interrumpir sus estudios y atender a la llamada de su madrastra que lo necesitaba en Nicaragua para que salvara a la familia del desastre. Apenas tuvo tiem– po de adquirir conocimientos de agrimensor y de in-geniería. .

Desde principios de 1826 se establece correspon– dencia entre el entenado y la madrastra quien ya lo acepta como hijo político. El ha hablado' con don Joa– quín Robles sobre "sus deseos", o mejor dicho, sus pla– nes; el Sr. Robles la pondría al corriente. Mientras tan– to, le agradece ciertos regalos y le participa, con la confianza de que será aceptado, que ha dispuesto de un dinero para pagar a don Mariano Córdova lo que éste le suplió "para capa y sombrero".

En otra carta de septiembre de aquel año a su madrastra, se muestra afectuoso, y sólo espera con ansia los recursos del viaje para trasladarse a Nica– ragua; toma muy en cuenta a los niñitos, a quienes desde entonces comíenza a querer con afecto de ver– dadero hermano, y manifiesta a doña Josefa, la viuda de su padre, que desea "merecer el honor de llamarse su hijo". .

Don Mariano de Córdova anunciaba al mismo tiempo a doña Josefa que Fruto llegaría a Nicaragua en enero de 1827.

3. POR QUE SE NECESITABA A FRUTO

CHAMORRO EN NICARAGUA Tal vez Fruto Pérez nunca hubiera venido a Ni– caragua, ni hubiera habido un Fruto Chamarra en nuestra historia, a no haber s;do por acontecimientos que lo hicieron necesario, y porque siempre el mal re– clama su remedio.

Por. este motivo, y .para que se comprenda que los proplOS sucesos contrIbuyeron a determinar el rum bo de la carrera política de Fruto Chamarra tanto como para ir dando -a conocer el escenario en' que le tocó actuar, expondremos someramente los trastornos q:u e conmovieron a Nicaragua a raíz de su independen– CIa.

. Es curioso informarse a través de la correspon– denCia de don Pedro Chamarra y de las primeras im– presiones de la independencia en Nicaragua, y particu– larmente en Granada, ciudad donde aquél residía.

En Granada aceptaron con gusto la independen– c'a pero en León no la querían las autoridades mas sí el pueblo: sería absurdo oponerse a la independen– cia de España -opina Ché<morro-, pero había que obrar con mucha prudencia respecto de la dependen– dencia de Guatemala, y para esto era preciso contar con la opinión de toda la Provincia. Advierte don Pedro que Guatemala siempre había estorbado el co– mercio de Nicaragua, y lo decía él que era miembro del Consulado de Comerc;o, y en esos días en que Guatemala estaba empeñado en cerrar la salida del Gran Lago por el San Juan para impedir el comer– cio con Cartagena por temor a la influencia francesa.

En diciembre de 1821 ya se vislumbraban los trastornos; comienzan a formarse ejércitos y a impo– ner contribuciones para mantenerlos; algunos creen que sería necesario sal;r huyendo de Granada.

Por esos días escribe Chamarra a un amigo de Guatemala: "Una pequeña desaveniencia de ésta nos había agriado el placer de ser libres; pero todo termi– nó felizmente, pues en sustancia no hay desunión y los intereses son comunes".

y poco después, a un pariente de Guatemala, le dice: "A mí me ha sabido la misma suerte que a v.m. en las ocurrencias polít'cas, de no tener mezcla ni ma– nejo por no ser empleado, siho en la Dirección Consu-

ejercerlo era indispensable ser mayor de edad, y la mayoría se cumplía a los 25 años y no consta que haya sido declal"ado mayor de edad. Los nacidos en 1896 no tenían en 1829 esa edad. Parece que sólo esperaba doña .Tosefa que Fruto llegara a los 25 años para otorgarle su poder, y así siete días después de su cum– pleaños, el 27 de octubre de 1829 se lo extiende como está dicho. Don Enrique Guzmán dice en su Diario In– timo de 1891, (enero 28) que Fruto Chamorro nació el 30 de octubre de 1805, según dato que le dió don An– selmo H. Rivas.

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