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hasta la ya referida isla del Cardón, inclusive. Con este examen Y reconocimiento se dispone a dictar me– didas de alto interés·para la mejora y aumento del comercio" .

Fruto Chamorro tuvo una visión clara de este puerto natural que cierra la isla del Cardón, llamado entonces punta Icaco, bautizada después con el nom– bre de Corinto, y habilitado como puerto; progreso cuya plena realización vino a detener la revolución de 1854 (1)

4. SUBLEVACION DE SAN JUAN DE LIMAY

Aun que la facción de Valle había sido comple– tamente debelada en la acción de Galarza el 6 de di. ciembre de 1845, quedaban aun restos de ella; y así, el año 1846 se abrió bajo tan pésimos auspicios como los que regían el anterior. En los primeros meses de éste se prolongó la anarquía tanto más peligrosa, cuanto que no se limitó a lo exterior del gobierno, sino que también se manifestó dentro de sus poderes. El Director Supremo Sandoval, con verdadero tino de estadista, no sólo reprimía el desorden con el rigor de las armas, sino que también empleaba el humani. tario recurso del perdón, que siempre afloja el airado temple de los rebeldes. El escritor Pedro Francisco de la ,Rocha nos refiere que en cierta ocasión dió liber– tad al Chelón y le restituyó sus bienes embargados para responder por sus atropellos; pero de nada sirvió tal generosidad para volverlo a la cordura.

El :<lO de septiembre de 1845 dio Sandoval un de· creto de indulto a todos los que hubiesen empuñado armas en la facción, o la hubiesen auxiliado; pero de esta gracia se exceptuaba "a los caudillos y sus agen– tes". A pesar de esto, el indulto no derogaba la res– ponsabilidad pecuniaria de los agraciados por los gas. tos de la guerra causados a la Hacienda Pública, y los perjuicios a los particulares.

No obstante que bien poco se había logrado con este indulto, el 9 de enero de 1846, Sandoval concedía amnistía a los que hubiesen tomado parte en la fac– ción de Valle, "en clase de sargentos, cabos y solda. dos". De modo que no quedaban perdonados los com– pañeros del Chelón con grados de teniente arriba. El carácter previsor y represivo de Fruto Chamo–

1'1'0 se revela en esos días en su nota (19. 11. 1846) al Poder Judicial. Le hace ver que las cárceles están llenas de malhechores, Y que es preciso hacer cumpli– da justicia con ellos porque "La tranquilidad públi. ca de que goza el Estado amaga a ser alterada en esta ciudad (León) por cuatro o cinco perversos que, medrando sólo de la revolución, intentan asaltar las armas de los cuarteles de esta población". A los dig– nos Magistrados tocaba pesar los grandes males que se seguirían a la sociedad de no administrar pronta justicia.

Uno de los que vagaban por el Norte con pu– nado de foragidos, restos de la acción del Chelón, era el célebre Natividad Gallardo, más conocido por su pintoresco e histórico apodo de "Siete Pqñuelos". (2) El periódico oficial lo acusaba de flagelar las Se– govias con diversos y crueles atropellos; fríos asesina– tos, aun de tiernos niños, robos de toda clase ele in. tereses, sin exceptuar los bienes del culto, violación de doncellas... .

El. 10 de marzo anunció Sandoval que "Siete Pa. ñuelos" y su pandilla habían sido destruídos. Nos detendremos un poco en la sublevación de San Juan de Limay, porque episodios como ese ahon– daban las distancia entre Muñoz y Chamorro, afian. zando más en este sus propósitos antimilitaristas. El Congreso de 1844 celebró sesiones en Masaya a causa del sitio de León, la capitaL Allá continuó sus sesiones aun después de haber terminado la gue. rra de Malespín, y en Masaya clausuró. De acuerdo con la costumbre, Sandoval se dispuso a convocarla para que Se reuniera en Masaya a celebrar las sesio– nes ordinarias de 1846.

Cuando supo esta determinación el Lic. Pablo Buitrago, quien había sido Supremo Director de 1841 escribió una carta al Director Sandoval el 17 de Ener¿ de 1846. Alegaba en ella que el lugar de los Altos Poderes era León, de acuerdo con las leyes que no ha. blan sido derogadas. Pero Sandoval tenía sus razo. nes legales y políticas para no acceder a las preten. siones de Buitrago; entre las primeras, que solamente las Cámaras, por dos tercios de votos, podían cambiar el punto de su reunión; y que éste, según el uso era el lugar en que habían clauusurado sus se¡;¡ion~s si expresamente no habían señalado otro. Wlntre las' se. gundas, que si ayudaba a los que en León estaban :fOl'.

mando juntas preparatorias, parecería que él coopera. ba al desorden; y si no ayudaba a ninguno, que impe. día la reunión del Congreso.

En consecuencia, Sandoval emitió el decreto del 22 de enero de 1846 por el que convocaba al Poder Le. gislativo para que se reuniera en sesiones ordinarias en San Fernando de Masaya, sin señalarle determinada fecha.

La noticia de estos sucesos llegó al campamento del Gral. José Trinidad Muñoz que expedicionaba por el norte en busca de los últimos! restos de la facción de Valle; y sin duda ya regresaba a su base, pues a. quellas informes los supo en San Juan de Limay, pue– blo del entonces departamento Septentrional y hoy de Estelí.

La actitud del Director Sandaval, tal como la jus–

tificó su polémica con Buitrago, no era suficiente O'lra provocar una sublevación del Ejército contra el Poder Ejecutivo; y ni aún, como es de suponerse, si los in. formes llegaron exagerados y tergiversados.

Pero la polémica reveló el localismo, mal endé. mico en Centro América y proverbial en Nicaragua, pues la ciudad de León luchaba por no dejarse quitar la hegemonía, y era seguro que la perdería si permi. tía que se trasladase la capital a otra ciudad. Ahora bien, la reunión del Congreso en Masaya, y la declara. ción del Poder Ejecutivo; en el mismo decreto de con– vocatoria, de que si aquel cuerpo se lo pedía, él tamo bién se trasladaría a Masaya, eran claros indicios de aquellos propósitos. Sandoval denuncia sin ambajes el motivo localista de Buitrago, adoptado luego por M'-ñoz, si bien dándole apariencia de bien público. El historiador Lorenzo Montúfar en su Reseña (V. 282), se pone de acuerdo en que el localismo fue el resorte que estimuló la voz de Buitrago y la sublevación de San Juan de Limay.

En efecto, el 23 de marzo de 1846 el Ejército co– mandado por el Gral. Muñoz cometió un acto de in. subordinación al deliberar sobre el decreto de convo· catoria a las Cámaras del Poder Ejecutivo, y resolver

(l) En el artículo: "Los subalternos del Gral. don Fruto Chamorro en defensa de su memoria" (El Centro Ame· ricano, 23 de octubre de 1880, se dice Que ·Fruto Cha'l1orro, creó "la ciudad y puerto de Corinto, que ta~to

ensanche dió a las operaciones mercantiles de los departamentos occidentales". Squier dice: (Vol. I, pago 367) que en Enero de 1951 se pusieron a licitación 421) lotes en Corinto de mil a mil quinientas yardas cuadradas, al precio de $ 25 a $ 37.

{2 El doctor Tomás Ayón dice que se llamaba Trinidad r..allardo (Juicio de J. B. Sacasa, pág. 16); pero en el "Registro Oficial" más de una vez le nombran Natividad.

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