5. Rebelión en la Granja Sandinista

Además de la pérdida de la presidencia, el FSLN también sufrió otra inaudita pérdida a lo largo de la presidencia de Violeta de Chamorro: hubo rebelión en la granja sandinista cuando el 29 de septiembre de 1993 un poco más de la mitad de los diputados de la bancada leales a Daniel Ortega lo abandonaron y se plegaron a la bancada que lideraba el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), entonces en formación.


El gran vientre que alimentaba ideológica, política y financieramente al sandinismo —la Unión Soviética— había desaparecido y Rusia apenas comenzaba a estructurar un modelo económico y político más cercano al de occidente que al de la fracasada nomenklatura soviética. Fidel Castro —que era parte de ese vientre— todavía se mantenía en el poder en La Habana, sin oposición alguna, con más de un millón de exiliados cubanos dispersos en varios países.


A la par de esto, las fuerzas de izquierda en América Latina también estaban débiles y no lograban figurar, sino solo como violentos grupos guerrilleros en Colombia y Perú. Internacionalmente, el sandinismo con Ortega a la cabeza, se refugiaba apenas en la amistad de Muamar el Gadafi, Kim Il Sung, y Fidel Castro.


En ese entorno, el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), liderado por el doctor Sergio Ramírez Mercado y Dora María Téllez, se avizoraba como equipo de salvamento de un sandinismo que, con su ideología comunista al igual que la nomenklatura soviética, se colocaba de espaldas a la historia. Los izquierdistas de valer —los intelectuales y empresarios izquierdistas— se pasaban al MRS.


Algunas fuentes indican que en ese momento el FSLN perdió a 28 de sus 37 diputados; otros estimaban que habían perdido más de 30. Sea como fuere, en esencia fue una crisis marcada por los signos de rebelión en las filas del sandinismo, cosa intolerable para ellos, que implicaba pérdida significativa de lealtad de sus “soldados” en la Asamblea.


Sin embargo, prontamente el sandinismo orteguista demuestra su espíritu batallador, se adueñó de las calles con sus fuerzas de choque acompañadas de morteros: sigue empeñado en gobernar desde abajo, acosa constantemente al gobierno de doña Violeta, somete al movimiento renovador sandinista y solidificó su 35/40 por ciento de su base electoral histórica. Ya para las elecciones de 1996, como consecuencia, el MRS solo logró ganar un único asiento en la Asamblea Nacional1.

En relación al FSLN orteguista, Sergio Ramírez narra en su libro Adiós muchachos que:


La fidelidad ideológica a un mundo que ya no existía seguía siendo una obsesión de la vieja guardia. Nació entonces la tendencia renovadora dentro del FSLN, encabezada por mí, y como contraparte la tendencia ortodoxa, encabezada por Daniel. Él buscó la convocatoria de un Congreso Extraordinario para dilucidar la disputa; y en ese congreso, que tuvo lugar en mayo de 1994, fuimos derrotados por la maquinaria burocrática y resulté defenestrado de la Dirección Nacional. No tardaría en perder mi cargo de jefe de la bancada sandinista, que Daniel reclamó para sí, y muy pronto me vi puesto bajo las baterías que el partido reservaba para sus peores enemigos2.

 

 

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1 La Prensa, MRS regresa al FSLN, 29 de agosto de 2001

2 Ramírez Mercado, Sergio, Adiós muchachos, Aguilar, 1999, p.262

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