13. ¡Pero sigo siendo el rey!
Muy al alba del gobierno de Bolaños, se crearon fricciones a lo interno del PLC contra el Ejecutivo. La ambición de Alemán de seguir gobernando desde la Asamblea Nacional y someter el poder Ejecutivo a sus intereses hizo difícil y tortuosa la gobernabilidad del país durante el mandato del presidente Bolaños.
Desde que Alemán selló el pacto con Ortega en enero del año 2000, la opinión pública creyó que lo hacía para encaudillarse y seguir gobernando desde la Asamblea Nacional. En julio de 2001 él expresó con claridad sus intenciones de aspirar a la presidencia de la Asamblea Nacional cuando concluyera su mandato presidencial. La lista de candidatos a diputados por parte PLC la escogió Alemán de entre sus leales más leales para garantizar el seguir gobernando desde la presidencia de la Asamblea Nacional.
A la vez, René Núñez, diputado sandinista reelecto en 2001, confirmó que su bancada en la Asamblea Nacional no respaldaría la candidatura del actual presidente de la República [Alemán] para titular del parlamento. Alemán no los necesitaba pues con los diputados del PLC tenía votos disciplinados de sobra. Esta actitud del FSLN parecía táctica, tal como acostumbra, y ¿habrá sido acordada de previo con Alemán, para que los acuerdos del pacto no lucieran como de compadre hablado?
Alemán, presidente de la Asamblea Nacional
Don Jaime Cuadra Somarriba, expresidente del PLC, diputado liberal reelecto por el departamento de Matagalpa, también aspiró a ser presidente de la Asamblea Nacional en 2002. Bolaños prefería a don Jaime Cuadra para ese cargo, porque como compañero de colegio conocía su base de valores con quien podría coordinar acciones legislativas en beneficio del país.
El doctor León Núñez, a raíz del nombramiento de los candidatos a diputados escogidos por Alemán en agosto de 2001, en un artículo de opinión los catalogó en cuatro grupos:
Una lógica criolla inobjetable. Los diputados escogidos por Arnoldo son clasificados en cuatro grupos. En primer lugar está la familia. En segundo lugar están los negocios. En tercer lugar están los amigos, sobre todo los que darían la vida por uno, y en cuarto lugar, están las personas que con esmero nos sirven. Yo creo que don Arnoldo va a tener su buena bancada. Yo creo que los criterios empleados para escoger a los candidatos a diputados del PLC van a resultar positivos para la “ambición pura” de Alemán.1
Desde mucho antes de la elección de Bolaños como presidente del país, Alemán preparó su manejo de los hilos que moverían o paralizarían a diputados y a magistrados de los otros poderes del Estado para que actuaran en beneficio de su caudillaje. El 11 de julio de 2001 en el seno de su familia —dos meses antes del inicio de la campaña electoral— el presidente Alemán anunció que al finalizar su mandato pasaría a ser presidente del parlamento. Posteriormente, el 6 de enero de 2002 —cuatro días antes de concluir su período— en un acto sin precedente en la historia de Nicaragua, los recién electos diputados del PLC, convocados por Alemán a su hacienda El Chile, obedientemente le firmaron sus compromisos de apoyo sumiso a su candidatura para presidente de la Asamblea Nacional al finalizar su período presidencial.2
Desde noviembre de 2001 se conoció que Oscar Moncada, en ese momento presidente de la Asamblea Nacional —cargo interino que asumió cuando Iván Escobar renunció en el año 2000 para poder aspirar a la candidatura presidencial de la nación—, confesaba estar dispuesto en la próxima legislatura a presidir ese poder del Estado “por dos minutos, una hora o un mes”, para luego cedérselo a su jefe partidario, el mandatario saliente y presidente honorario del PLC, Arnoldo Alemán.3
Los distintos representantes de las cámaras que integran al Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) dieron un respaldo unánime a Jaime Cuadra: “No podemos permitir que se nos entronicen, desde el punto de vista partidario, caudillos”, dijo Anastasio Somarriba, presidente del COSEP. “Esto me da más fuerza”, dijo después Jaime Cuadra.
La votación de la nueva directiva de la Asamblea Nacional se llevó a cabo el 9 de enero de 2002, vísperas de la toma de posesión de las autoridades nacionales, y la voluntad de Alemán se impuso cuando 49 diputados de la bancada liberal eligieron a Oscar Moncada como presidente de la Asamblea Nacional.
Al día siguiente, 10 de enero de 2002, concluyó el período presidencial del doctor Alemán; Enrique Bolaños tomó posesión de la Presidencia de la República; y siete días después, el jueves 17 de enero de 2002, Arnoldo Alemán fue electo presidente de la Asamblea Nacional con los mismos 49 votos de los 53 diputados de la bancada liberal.4
Nace la Bancada Azul y Blanco
Como consecuencia de la brecha que se estaba produciendo entre el ejecutivo y el legislativo, 5 diputados (4 de ellos liberales del PLC, y un conservador)5 decidieron rebelarse contra la exigente sumisión caudillista y conformaron una bancada legislativa aparte, que llamaron Azul y Blanco que llegó a ser más juiciosamente independiente, que mostró notorio apoyo a las políticas de interés nacional que proponía el presidente Bolaños. Esa bancada después creció hasta 9 miembros; nunca a más.
Sin embargo, otras personas opinaban diferente y sus opiniones pueden ejemplificarse con la del cardenal Obando y Bravo:
El cardenal Miguel Obando y Bravo dijo ayer que el presidente Arnoldo Alemán estaba en su legítimo derecho de aspirar a la Presidencia de la Asamblea Nacional, y que no pensaba que una vez en ese cargo pudiera afectar las iniciativas legislativas del presidente electo Enrique Bolaños.6
La situación inicial entre el ingeniero Bolaños y el doctor Alemán quedó bien relatada en el artículo escrito por Víctor H. Murillo, jefe de información del diario La Nación de Costa Rica, reproducido en el diario La Prensa el 6 de enero:
Entre los muchos desafíos que afrontará [don Enrique] quizás tenga que añadir uno que podría complicar más su gestión: la ambición de poder —desmedida y descarada— de Arnoldo Alemán. Ese apego al poder tiene un común denominador, aparte de la ambición: el convencimiento de quien se aferra de que él es indispensable para el país y su gente. “No se os puede dejar solos”, solía decir Franco a los españoles.7
No todo es obra solo del caudillo
La experiencia vivida por los liberales que siguieron a Zelaya y a Somoza, por ejemplo, quienes hincharon el ego de esos líderes al llamarlos “el hombre”, los bautizaron “el caudillo”, los subieron y mantuvieron en el poder, los trasformaron en dictadores y por último, se enterraron con ellos. ¿Se estaba comenzando a reproducir el dictador una vez más, con Arnoldo Alemán?
Y después de que estos palaciegos se entierren con él, ¿aparecerá otro a quien henchirle su ego y entronizar su caudillaje por encima de los intereses nacionales? ¿Cuántas veces se volverá a repetir esta triste historia que tiene a Nicaragua dando vueltas en círculo, sin avanzar en marcado beneficio de los intereses nacionales?
Pero Alemán se obstinó en querer seguir siendo el rey
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1 La Prensa, Candidatos a diputados por el Partido Liberal, 9 de agosto de 2001
2 La Prensa, Alemán anuncia que será presidente de la Asamblea y La Convención Liberal, 12 y 13 de julio de 2001
3 La Prensa, Presidente del Legislativo quiere ser “teneme aquí” de Alemán, 14 de noviembre de 2001
4 El Nuevo Diario, Liberales a la voz del amo, 18 de enero de 2002; y La Prensa, Alemán se impone por 3 votos, 18 de enero de 2002
5 N del A - Los diputados eran Alfredo Gómez Urcuyo, Augusto Valle, Miguel López Baldizón, Jaime Cuadra Somarriba y Jorge Matamoros Saborío, este último era el conservador
6 La Prensa, Obando: “Alemán está en su derecho”, 7 de enero de 2002
7 La Prensa, Insaciable sed de poder de Alemán, 6 de enero de 2002.